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NÚMERO 5 JULIO – SEPTIEMBRE 2013

“Desciende la luz, atraviesa tinieblas y densidad, pues que ella, en este universo que se nos presenta como nuestra habitación, se curva como sierva”.
María Zambrano

Editamos este número desde la frondosidad de una parra, desde un paraje estival: un espigón armado de imágenes que se extiende por los mares, atreviéndose (aunque sea por unos instantes) a olvidarse de la lengua de tierra que le une con el suelo. Pues hace ya bastante tiempo que perdimos la costumbre de perdernos. Y, buscando sombras, nos encontramos. Tinieblas y densidad, desafiando la sequedad del desierto. En estos meses de calor y solaz, la brisa de una noche que parece no querer terminar nunca. Carne, sueños, las profundidades marinas.

En este quinto número de la revista, queridos amigos, buscamos la frondosidad de los árboles de un bosque. Junto a un mango, un circo: el Circo Rubião, que proyecta la felicidad, si es que amanece… Además, os ofrecemos la confesión de un ladronzuelo que quizás sea bastante más que eso, y un espejo (invisible) como el de Alicia, para convertir nuestras páginas en el lazo que une a autor y creación. De Brasil pasamos a África, visitamos Sudán y más tarde Eritrea, para acabar tomándole el pulso a Jamaica, ya de nuevo en la isla.

Arranca el verano, un año más. Ya hace 12 meses que 2384 comenzó su andadura. Gracias a 2384, los buenos padres animarán a sus hijos a perderse en el bosque este verano de calor, de frío y de polillas gamma. Os invitamos a instalaros en nuestro tan particular espigón, en nuestra selva de hojas impresas e historias extrañas. The Cure, en “The Forest”, decían: “just follow your eyes”. Pues eso queremos: que sigáis a vuestros ojos y os perdáis, al fin, entre la brisa sonora deeste olvido.

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