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NÚMERO 8 ABRIL – JUNIO 2014

Cuenta la leyenda que el terror por antonomasia del escritor es… la página en blanco (música de castillo moldavo, un día de lluvia). El horror al vacío que, sin embargo, es la condición necesaria para que empiece a correr la tinta.

El número 8 que aquí presentamos es un número en blanco. El final de una época y el principio de otra. Cambios en Sebastopol, transformaciones en el equipo, pero un mismo proyecto que sigue coleteando para no dejar de permanecer en pie.

Y entre tanto, ¿la nada?

Si los agujeros negros, lejos de ser un hueco cósmico, son concentraciones máximas de gravedad inmensa, 2384 es un ente en construcción. Una plataforma en movimiento que espera poder seguir sumando frases, nombres y voces durante mucho tiempo aún. En este caso, una vez más, con pedazos llegados de todos los continentes: narrativa rumana, escritores de Brasil, literaturas provenientes de las islas del Índico, músicas transilvanas a la sombra (o a la luz) de Bram Stoker…

Durante un año y medio, 2384 ha sido letras pero también ha sido imagen, de la mano de Marta y Eva Yarza, que han hecho estallar entre línea y línea despegues y naufragios, el rostro del otro y la faz oculta de lo desconocido, y que han sido capaces incluso de sacarle brillo a una mota
de polvo. Toca ahora detenerse a tomar aliento, establecer un paréntesis, lanzar un suspiro y prepararse para dar la bienvenida a un nuevo universo gráfico, aún agazapado en el zurrón de Claudia Gaviño.

Todo ello, como siempre, arropados por sintagmas incandescentes, pronunciados en todos los idiomas de la humanidad. En esta nueva etapa estamos seguros de que llegaremos aún más lejos (lanzamos aquí un llamamiento a los klingon para que no duden en hacernos llegar sus propuestas). Porque la rueda sigue girando…

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